¿Es posible que empresas tradicionales y otras basadas en economía colaborativa compartan mercado y tengan beneficios mutuos? Este tema fue el hilo conductor de la ponencia «Economía colaborativa vs. negocios tradicionales: ¿Imposible coexistir?», presentada por primera vez en EAE Business School el 14/03/2017 por Mónica Muñoz, socia fundadora de The Innova Room.
Factores desencadenantes del auge de la economía colaborativa
Para comprender el fenómeno de la economía colaborativa en primer lugar analizamos sus orígenes e identificamos los factores que impulsaron su desarrollo:

Factores desencadenantes del desarrollo de la ECONOMÍA COLABORATIVA
Se pueden identificar factores tecnológicos, como el surgimiento de las plataformas P2P a finales de los 90, o más recientemente la explosión de la movilidad y la geolocalización.
Pero el éxito de la economía colaborativa también se debe en gran parte a factores sociales como el cambio en los patrones de consumo a raíz de la crisis (en favor de modelos más eficientes, con menor coste y atención a la sostenibilidad aunque ello implique renunciar a la posesión de un bien). Y desde la parte empresarial, la creación de modelos de negocio que eliminan intermediarios y aprovechan en muchos casos los resquicios de una falta de regulación o áreas grises en la misma.
Ventajas y conflictos en la economía colaborativa
La economía colaborativa ofrece importantes ventajas competitivas como por ejemplo:
- Time-to-market (economía bajo demanda)
- Eliminar ineficiencias del sistema
- Agilidad y relación directa sin intermediarios
- Rentabilizar recursos infrautilizados
- Reducir el coste de producir nuevos productos
- Sistemas de control dinámicos basados en la confianza y la reputación (bidireccional)
Ello le ha permitido ganar cuota de mercado en sectores muy diversos, llegando incluso a amenazar la posición dominante de los grandes actores en algunos casos. Cuando esto sucede, la reacción del sector tradicional no se hace esperar; actualmente se observan conflictos en múltiples frentes, con peticiones de regulación por parte de los lobbistas, protestas vecinales, bloqueo por parte de los gobiernos a la operación de algunas plataformas, etc.
Dos mundos que compiten por el mismo usuario -pero operan con distintas reglas- entran en colisión. ¿Qué estrategias de futuro puede haber para ambos?
Estrategia: cuatro posibles escenarios
El siguiente esquema plantea cuatro posibles estrategias de colaboración entre empresas pertenecientes a modelos de negocio tradicionales y otras con modelos colaborativos o de economía compartida. Si se clasifican en función del mayor o menor coste de implantación, o de la influencia mutua entre ambos modelos surgen estos cuadrantes:

Fuente: elaboración propia
La estrategia más sencilla pasa por una regulación del entorno competitivo, limitando determinados supuestos y campos de acción. Como consecuencia de esta intervención se produciría una cierta convergencia entre los distintos modelos, o también una depuración de aquellos menos rentables (sea en el ámbito tradicional o en el colaborativo).
Sin embargo, los escenarios más dinámicos surgen en los otros tres cuadrantes, pasando por alianzas entre empresas para formar ecosistemas con el foco en el cliente, u operaciones de fusiones y adquisiciones que permiten llegar a nuevos mercados. Y el escenario más estimulante supone la creación de nuevos modelos de negocio, incluso dentro de empresas tradicionales, basados en la economía colaborativa y su gran eficiencia en el aprovechamiento de recursos y capacidad de innovación.
Ejemplos de casos de éxito
En la presentación completa compartida a través de Slideshare se presentan algunos casos de éxito en industrias diversas (hospitalidad, restauración, transporte, servicios personales, etc.) donde se han aplicado algunas de estas estrategias para desarrollar nuevos negocios:
Como resumen, cuatro claves que definen qué es la economía colaborativa:
- Plataformas digitales. Geolocalización y movilidad/ En tiempo real/ Conectan exceso de capacidad con demanda.
- Acceso sobre posesión. Con modelos diversos como: alquiler, préstamo, suscripción, reventa, intercambio u otros.
- Consumo basado en confianza. Usuarios abiertos a una interacción social más personal y emocional, con sistemas de autocontrol y evaluación.
- Experiencia de marca emocional. Más allá de la mera transacción es necesario conseguir una conexión emocional, ser percibido como amigable.