Este vídeo nos muestra dos interesantes ejemplos de pequeñas empresas del sector turístico y restauración, que innovan y se renuevan de forma constante. Muchas veces se piensa que sólo las grandes empresas tienen los recursos y la capacidad necesaria para innovar, pero olvidamos las grandes ventajas de las pymes: estructuras organizativas sencillas, agilidad en la toma de decisiones, adaptabilidad al cambio y velocidad en la implementación.
En el vídeo se presentan los casos del restaurante Marmitako y la casa rural Guikuri. Cada uno en su estilo, son dos casos interesantes de pequeñas empresas que han sabido adaptarse a su entorno ofreciendo un valor diferencial.
El restaurante Marmitako explica que primero cambiaron su concepto de restauración y su local, y posteriormente detectaron el gran potencial que había en cuanto a procesos, comercialización y marketing. Así, decidieron sacar la mayoría de los procesos productivos de su cocina a un espacio diferente, y utilizar su capacidad productiva para llegar a otros servicios más allá del restaurante. Señalan que en su caso entienden la innovación como la natural evolución de un producto o servicio, que va adaptándose a la demanda del mercado (en este caso, de calidad minimalista a precios competitivos).
Por su parte, la casa rural Guikuri, apoyada en sus bajos costes de RRHH (como tantos otros establecimientos de su segmento) al tratarse de un negocio familiar, decidió innovar a través del ambiente y la sorpresa de la experiencia. Las sucesivas ampliaciones del edificio fueron construidas con principios bioclimáticos, y ofrecen servicios de bienestar y salud a los clientes. Comentan que en su caso la palanca de la innovación fue la competencia que empezó a surgir por la zona, que les hizo ver la necesidad que tenían de diferenciarse del resto de oferta rural.
En ambos casos se percibe un proceso de evolución por fases:
- Apertura de un negocio turístico/gastronómico.
- Llegada al punto de madurez tras unos cuantos ciclos (3-5 años).
- Análisis del mercado (clientes, competencia, tendencias…), y cuestionamiento de su modelo de negocio.
- Interiorización de la necesidad de evolucionar, y búsqueda de la solución adaptada a la nueva realidad.
- Realización del cambio.
El proceso no acaba en el punto 5, sino que se basa en la observación continua del entorno. Las estructuras organizativas de estas pymes les permiten realizar cambios rápidamente, sin tener que consultar con múltiples departamentos afectados (Marketing, Operaciones, Restauración, Financiero,…), como sucede en empresas mayores. Por lo tanto, los beneficios originados por el cambio pueden llegar mucho antes y eso les otorga una importante ventaja competitiva.
Este proceso no está exento de riesgos, también asociados a su pequeño tamaño y su agilidad.
Por una parte se encuentra el riesgo a tomar malas decisiones y equivocarse. Siempre va a existir, pero puede reducirse buscando asesoramiento especializado, y observando experiencias análogas (si existieran).
Por otra, ciertas soluciones pueden ser caras o difíciles de implantar para un pequeño negocio, por falta de volumen de negocio necesario. En este caso es muy importante algo que curiosamente señalan ambas empresas en el vídeo: el apoyo en sus semejantes a través de asociaciones del sector, centrales de compra, alianzas estratégicas, etc. En suma, la unión hace la fuerza, y con creatividad nada es imposible para una pequeña gran empresa innovadora.
Pensemos en Ferrán Adriá y todo lo que ha conseguido desde su pequeño restaurante en un lugar remoto de la Costa Brava…