Este mes se ha presentado el informe «Turismo gastronómico y enoturismo en España: gasto, distribución y perfiles», elaborado por Ostelea. El estudio ha sido realizado por Pablo Díaz Rodríguez, Doctor en Antropología y miembro del Grupo de Investigación Interdisciplinar GRIT-Ostelea. A continuación valoramos algunas interesantes conclusiones de dicho estudio.
El sector vinícola español
España es el país con mayor superficie de viñedo del mundo. En términos de producción vinícola, mantiene un tercer lugar tras Francia e Italia (y los tres países, muy igualados, producen casi la mitad del vino a nivel mundial). Pero la importancia del sector del vino no se refleja únicamente en términos de su producción, sino también en el peso que supone el enoturismo como destino de calidad.

Imagen: La Rioja Turismo
Potencial económico del enoturismo
El sector vinícola crea a su alrededor todo un ecosistema de actividades alineadas con la sostenibilidad ambiental y cultural, el desarrollo económico del medio rural y la desestacionalización de la demanda turística.
El gasto medio diario por turista general se encuentra en torno a 130€ (datos del INE 2017), mientras que el gasto medio diario por turista enológico asciene a 156€ en el mismo período (aumentando un 8,51% desde el año anterior). Claramente, es un turista que invierte más en su experiencia y aprecia el factor diferencial que le ofrece cada lugar. Las actividades que realizan estos turistas son, en este orden: visitar bodegas, degustar y comprar vinos, gastronomía local, visitar pueblos y actividades culturales.
En proporción sobre el gasto total, hostelería acapara la mayor parte (41,94%), seguida del alojamiento (33,65%), compra de vinos (31,06%) y visita a bodegas (19,62%). Es por ello que una oferta gastronómica de calidad junto con un alojamiento inspirador que refuerce la experiencia del lugar son fundamentales para obtener altos índices de satisfacción (y prescripción a terceros).
Turismo gastronómico y enoturismo
Cerca de un 15% de las visitas a España durante 2016 fueron motivadas por interés gastronómico. Por otra parte, el índice de satisfacción del turista gastronómico se encuentra en un 8,8 sobre 10 (por encima del turista no gastronómico, que está en 8,4). El turista gastronómico es exigente con la calidad, pero aprecia el producto obtenido y facilita su fidelización con respecto a modelos turísticos más «comoditizados«.
ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino) ha creado las Rutas del Vino de España, con recorridos turísticos, gastronómicos y culturales que abarcan incluso programas especializados en la arquitectura del vino o en turismo activo.
Según datos de ACEVIN, el enoturismo creció un 21% en España en 2016, en clara línea ascendente desde 2008. A pesar de este éxito y las buenas perspectivas de crecimiento, sólo un 23% de los turistas enológicos eran extranjeros (620.000 personas) en 2016, muy por debajo de las cifras de visitantes totales al país (75,3 millones de turistas extranjeros ese año). Es una oportunidad, pero requerirá de un gran esfuerzo conjunto en formación y comercialización.
Hoy conocíamos también a través de Hosteltur que Rutas del Vino de España creará una Escuela de Enoturismo. El objetivo es incrementar la formación en muy diversas áreas (desde el marketing a la gestión, pasando por los idiomas) de los gerentes de bodegas, hostelería, enoturismo, etc. Sin duda, una iniciativa muy necesaria y encaminada a crear valor a través del conocimiento.
En este enlace se puede acceder a la nota de prensa y el informe completo de Ostelea.